Un señor un tanto peculiar consigue expulsar a las ratas de Hamelin con tan sólo una flauta y una melodía. Esta misma mañana, en Hamelin, que está en el norte de Alemania, llegó con la intención de expulsar a la plaga de ratas que había allí.
Los habitantes prometieron que el que consiguiera echar a las ratas tendría una recompensa. El flautista empezó a tocar una melodía un tanto extraña, con el fin de conseguir echar a las ratas dirigiéndolas al río que existía en ese pueblo. Los habitantes decían:
<< ¡ Por fin hay alguien que se enfrenta a las ratas ! >>.
<< ¡ Ya era hora que desaparecieran ! >>.
El flautista volvió y quería su recompensa, pero sin embargo los habitantes no se la querían dar y ponían excusas como:
<< ¡ Pero qué recompensa ni qué recompensa, tú lo has hecho y ya está ! >>.
Por lo que los residentes mintieron sobre la recompensa, aunque él la merecía. Como a los habitantes no les daba la gana de pagarle la recompensa, él decidió tocar otra melodía.
<< ¡ Me llevaré a todos los niños de este pueble, para llevarlos a un lugar mejor donde nunca más les podréis ver ! >>.
Él se los llevó hipnotizados por la melodía a una cueva en la cual había un maravilloso y diferente mundo. El Alcalde mandó a gente para que recuperara a los niños, dándole a cambio al flautista una recompensa de diez bolsas de oro. Al final se dieron cuenta que los niños se habían marchado para siempre.
Ahora mismo los padres están llorando, preocupados y con una tristeza inmensa porque nunca más volverán a ver a sus hijos. Algunos dicen: << ¿Por qué a nosotros? ¡Si éramos una familia feliz! >>. Otros: << ¡ No sé por qué hemos confiado en un flautista ! >>. Y la gran mayoría preguntándose asimismo que por qué no habrían actuado mejor con el flautista.
María Medina Herrera, 1º ESO D.
No hay comentarios:
Publicar un comentario